miércoles, 14 de marzo de 2007

CYPHER (Vincenzo Natali - 2002)

“Morgan Sullivan (Jeremy Northam) es un contable en paro que lleva una existencia gris y monótona en los suburbios de una gran ciudad.(…) “

Las sinopsis (oficiales o apócrifas) resitúan el inminente visionado en un terreno a medio camino entre el hastío (oficioso) y la autosugestión más elemental. Poco después, y muy a pesar de ellas, intuyo, la temblorosa cinta que precede a la no menos temblorosa mano cede al envite de la desconfianza y el menosprecio y se aventura, audaz.
NOTA: A partir de este punto el texto puede verse modificado, adaptado a los diferentes directores, estilos, tendencias, en definitiva a las diferentes películas, pero poco.

EL PLANTEAMIENTO: Las teorías más ajadas nos desvelaron la sucesión de eventos más o menos conexos, con personajes de diferente gradación y pelo, además de con sucesos entre lo inesperado y lo esperado desde hace rato, no debemos desesperar, esto funciona habitualmente así y, por lo tanto, habremos de armarnos de todo el aparataje conceptual y reptiliano que, según cada humor, seamos capaces de reunir.
Si, dicho lo cual, aún seguimos frente a la pieza objeto de la reflexión actual, conviene aliviar las más que probables incongruencias, temores y amaneramientos con adiestrado desdén (frases del tipo: “¿Pero este tío a quien quiere engañar?” deben resultar).
EL NUDO: El tramo medio de cualquier narración convencional y el esperado engranaje que hace funcionar buena parte de los planteamientos esbozados en la fase anterior. Si el director reúne las condiciones precisas, cabe esperar un poco contenido alivio y un intenso alborozo en los presentes (oportunas intervenciones tendentes a la autosuficiencia pero sin rebasar el peligroso punto de no retorno de la prepotencia serán bienvenidas), que deberá verse complementado por ostentosos movimientos de cabeza y, si el físico nos lo permite, de vehementes gestos rítmicos y/o audibles.
EL DESENLACE: El final, y hemos de advertir que, si la película en cuestión, no nos ha gustado antes de aproximarnos al mismo es prácticamente imposible que el desenlace nos resucite de los infiernos del aburrimiento y la culpabilidad.
Aún así, se recomienda con fruición, no abandonar en visionado antes de contemplar la culminación, el remate, colofón o guinda que el director y sus secuaces nos han preparado con indisimuladas intenciones y debemos, por tanto, aguardar a los (en ocasiones tan esperados) títulos de crédito para poder vituperar, con el debido conocimiento de causa, los arrebatos de enmarañada lucidez de guionistas, escenógrafos, directores varios y actores.

“(…)Para ser salvado por Rooks, Morgan debe cumplir satisfactoriamente una última misión que puede costarle la vida.”


NOTA: Puede suceder que, tras contemplar una película que nos ha defraudado rotundamente, al observar con indisimulado asombro las alabanzas ajenas, la misma pelicula empiece a gustarnos.

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