viernes, 9 de marzo de 2007

PERIFERIAS CÉNTRICAS DE LA ARQUITECTURA-EL MONUMENTO


La aproximación se realizará en círculos, como los tiburones a sus mojadas presas, la vegetación no ayuda y las vallas tampoco, el primer círculo tiene un radio aproximado de 29 metros, como su altura total (NOTA: No tiene altura libre, aunque debería, y también ventanas pequeñas), y es éste primer círculo (como las características formales de la piedra determinarán la calidad del alud) el que condena la expedición al más callado o sonoro de los fracasos.
El segundo círculo permite ver algo más y aunque el ruido y las vallas no consientan intromisiones (el primero es incluso impertinente) conseguimos extraer un basamento, peldaños, un fuste (NOTA: Quizás nos hayamos equivocado y se trate de un edificio), este segundo envite es osado y finaliza en el eje principal, muy cerca ya.
Inevitablemente distinguimos figuras reconocibles, con formas reconocidas (esto es, piernas, brazos, equinos y ábacos) que destacan en el tramo medio, al confirmar el tercer círculo. también percibimos la esquina, porque está llena (NOTA: Comprobar las ficticias cabezas de las vigas en el cercano Museo del Prado) y destaca “a la maniera” con voluptuosa discreción de la verdugada principal que contiene, aunque tan a duras penas que se le fuga parte, el simbólico túmulo (“La arquitectura solo existe en el túmulo y en el monumento” - LK), leitmotiv teórico de la obra y que seduce por sus sombras arrojadas, sin desmerecer las propias.
El cuarto círculo acaba convirtiéndose en el último, desde aquí la geometría está tan presente que asusta no estar a la altura, los materiales tan conscientes que intimida no saber nombrarlos a todos, el ritmo tan medido (a-a-a-a-b-a-b-b-a-b) que intuimos no percibirlo completo, la monumentalidad tan conseguida que, cautelosa, nos insta a bajar la mirada, el clasicismo tan sabido que tratamos de encajarlo como malos perdedores.
Ahora si que ayudan poco las vallas, y nos damos cuenta de que el obelisco nos gusta más de canto, algunos volúmenes se completan mientras otros dejan pasar la luz y el aire a sus espaldas, se separan del mismo y avanzan, ¿o será que el monumento se retira?



Monumento a Las víctimas del dos de Mayo
D. Isidro Velázquez (1765-1829)

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